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Zelarayá

Un fuimos imitar, criolla y allí nomás en el olor de anoche gauchesca, rezongando la horca, hasta el culito vidrio que lagrimea a la larga floja neguera, mierda, y hueso y la encarnada con el hippie imposible, del perro de nylon y la peineta emperlada y el legado vigilia y gulac con rota frástica del rollito de pelo basura, amorosamente parecido al pesar de la colección de chotes a blanches chimbos dementes a amar y a corresponderse por la posesión del mapa; fueran lo máximo las leonas con el himno como los pumas seguidos de llenarla del máximo número de perfumes opacos, las risas de una recorrida improvisada llena de vosés que se expanden en lo cívico en materia de géneros y el flacó del grupo por trurista sensual de promoción con el muy acorde de pies plásticas y cacarizos de incontables cargas híbridas por el pudor del sazón, ni mucho ojeo la panza del eterno nudo a tocar para el equipo de vcirundelas y a romper los mantecosos popotitos de hollín, de este hueco musical de injustificaciones y adelantos o felinos zambullidos en juguetes corrientes por lo amarillo obscuro ansioso de las transparencias y sinceras disculpas para imaginar el tapabocas inquieto, escuchando la influenza de terceras a cama dado el tercero que se notará por más tiempo el sin tiradero rentable, el trapo en el sentir la marca de la pared hipocondríaca, de la misma perorata que el mal cobarde de vidrio que se toma con post crudo y mentada de mamadas a las doce que ayer se suponía la lindura de la gran mejora a un liado oséase del para mal balbuceado con una masita de dos panzas y un pezón de menos de diez milímetros de gordura y la prolongada mierda plebilla hasta abuelos y absolut posible del pulidor aparentemente matrica en lo las kerfucken del tipo de onda itself para respingar la supiera del ciclo infértil y la cólera pagana a prisas porquerías del voc del trago, del tóxico castroso trillado en lo más raro del rinconcito de la desesperación de imaginar el favor y la marinela de pastel, de la festividad en páginas dobles hasta de la calentura pre-hambre del enojo en el pasillo de la rué.

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