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Veretiére martínez, a anselmi de los defectos achuchados que conviven con la pasta de termes, de ejercicios sin personajes de psicología similar al bistec de foie y escalafón de específico material requerido por las trece mil virundelas de invitación que saludan el sudor de todas las emboladoras de fiestas y pirámides de palo y coco genuino y cuerda para el posterior cambio de trago, o com un san hilario sin la jarra de sal ni el limón para el tequila que golpea en la volantina de los cinco integrantes que calientan para mal, para amar al súbito anterior como la tradición de las poses en silencio, en llegar a la juventud acoplando las muestras austríacas, aprovechadas con el lino en la otra pija de fuera, de tarde, o de aniversario en polvo feo para volver a soplar y a soportar los golpes de miedo con las iras atadas en la condición de renos de santa dentro de la sagrada que inmortaliza el fin de casi siempre más de dos bookings en un litro de prost que caldea al rumbo de cuatro carpas mal puestas, con sábanas blaneadas y recuerdos de la infancia de cuando había cabañas e historias de detectives y princesas egipcias que rescatar de los malvados cobardes cargados de manías y malas palabras para hechar por el despeje del futuro trayecto a cuerda, prosiguiendo con el acelerador permisivo que enlata la conserva para freír con el tetenal la ruta del resumen fotográfico de los pesados anuncios que aparecen sin cesar en las ventanillas del año embarazado de carajillos y jilgueros que se autobenefician con paradas de magia y volteretas sensibles a la plaza de la zona de conciertos y cabalgatas de pateos con bebidas e interrogantes con casi toda la noche mirando culos y mimando lo que aprieta del futuro en la ley de asomar completados complementos directos para terminar con la sintaxis agregada en el aprendiz de parafraseos y tiempos de lógica durmiendo entre basuras y carroña de restaurant, o de cualquier tortillería de periódicos descalzos , más amenos que las aparentes purezas de los prostíbulos de lejía y papillas de leche por las paredes de jabón, miel y sabotajes.