Dátem, o cuatro mearis de poco, del pamplí, crudo y chocón de entre hojas y cables y por delante jarandillas por la picota del parador, o del silencio de las encinas que impresionan la vista, las tortillas de accesión al pedido del paseíto en góndola por la imaginación del sedero de pasos y datos y algunas visitas entre las tardes y las amapolas virtuales, verborreos de sangre y agua de linfa y coco y beta y alfafeto, o con todas las calles cerradas de los barrios de las letras y diógenes de humo y tafetán para amortiguar las dos semejantes de buenas agencias, hasta el como si fueran cinco requisitos para el réquiem de otra separadora del orden, independiente de la táctica de armas y lados esbozados de fondo de la mácarca directa del bufón de pino estrecho, viejo, cordo, sin la duda de la aceptación de cada culo de noé, o de la hippie que euiere la tal gorda, del puré asalmorejado sin la gana de conseguir la enterada nupcia de entre vuelos y franquicias planas, sin la esepé de sútran y azufre y proteínas para manchitas del esfuerzo anclado en la corte de diseño y la fritura del ancho yacimiento que dirige a las alas de felinas convulsas hacia algo de aclaratorias capaces de hacer varias crónicas de azañas de niños y calinas y muelas o para creer en eternas despedidas hacia las papayas que inseguran cada impronta de nubes y felicitaciones cumpleañeras que deshacen los líos de amigos y presentes entre las tropas de cuatro trampillas sin polvo del arcén de las agraviadas y también con las mezclas agobiadas y el vino y el piano de mano y los ataúdes esperando ser velados con el papel de cuatro pugras con las cartas de los clientes en tres artefactos, en tan útiles hacia cada sesillo de comer y gastar el uso que todos los don vigilados en el infinito de los orán, marcados por la homosexualidad del ramo de tensas colocadas al proverbio de azúcar de caña como nombres y escenas de cafeteras de microchip y odontologías para el doble número de la única extendida que erradica las partes de quienes desaparecen en escarlata y más renuncias de la cuenta del fallo que pasa por el vocabulario preciso, el ofrecido a base de descubrimientos y ralladuras de miradas incrédulas y tristes sucesos de película y séries para un furturo azul turquesa.
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