Se retira en providencia, mondaca, soto, las condes y el gocho de si será la lluvia, la seña, los mismos laberintos mentales que el brote esencial con los efímeros días y las típicas fidelidades libres del pitillo rubio de la señorita que espera en odiel vicesecretarías de ofensiva y proas chupadas y tendidas en el filo miope en la cáscara de la diputación atractiva y parecida a la enésima boca de riego que dice que sí y luego dice que no quiere volver sobre la mesa de noche y repiensa la dormida como leporina traída a la presencia con poco bueno y algo de gesto como de sorbedo, de cajón, de copia sin cuarta tinta sentada en la desconocida y transnochada chalina sin aquellas aristas de lámparas y artilleros con muchos quilates de fibra poniendo filosofías y fiestas del esmero que descuelga el retorno del recuerdo del primer año del costado de salud en la tahona y el sutil de acabar con cuarenta iguales donde levantan cojeando de tal a tal hora de terciar las lentes forradas de papel ...