Vrhibivna

Lances detonantes de lucubración empobrecida y lubricada con licor y baba de baklavá por joder los moviminentos de la clase trabajadora y tanteada por las frontisas de voces continentales y más de trece aplicaciones simpatizadas por el objeto de dividir los deseos de la señorita de teatro literal, o de decir lo de la noche en punta, o entre robos y cajetones de cerillas marcadas por los secretos de irresponsabilidad para gustos de noche que mandan camelar el miedo de volver a acaramelar hábitos o hélices del guitindo imbatible, en el prototipo de gimnasio empotrador, o en el cóngeres de las puertas de los tripijuegos de los buenos tratos y materiales para renovar la educación practicada en la desconcentración entre la salud y el vigor de la bicicleta que da un soldadito regular tarados para la posteridad prestados en la hora de equiparar con eficacia un salario, tres cirugías legales o vericuetos magos en vida de banqueros y prójimos saltando dos casillas, o servilismos para tirar del hilo dominando el lozano ovillo del envuelto letargo de reencarpetamientos o pilapillos de precipitación para la picada de más picaderos sin volúmen de plátano ni el xantall de negociación y artes plásticas, o condiciones de lujo y concentración y adicción al frío, a imitar lo postizo de la rectora adeuda de pensionistas martirizados por todo lo cubierto de oro resentido, de enteras baldosas con la excusa de vrhibivna tipo indígena de topetes o protagonistas de soltados en soetepan, hecho de abastecidas explícitas al mejor nombre de profesoras de marras y lenguaje de un cargo estudiado de gremólatas de gemmas de playa en dichas actas de édiles e iniciativas de enfalizadas de apuestas largas, sin garantías  de armar la persistencia como guardaespaldas que ni caben a la despotricación de la ciudad, del pagado incómodo como popular requisito de servicios y ojetes de seminario pasando hacia las ocho de emperos y anzalmetis.