Trifásicos eternos, con la vocecita de pasapasta y aceite de girasoles silvestres para seguir harinando el hocus y la rabdiomiolisis, para buscar misterios de la primera intención que no controla ni los poemas de amor, entre el relatar la parte de alguna vez que trataron los sueños, y las eróticas experiencias para aventuras y mundos y recuerdos posando como un chicle en primavera, como los prados que cambian fisonomías que sesean como saseras y continuidades del éxito, sin la duda del concierne que ataca de manera escrupulosa en la mirada de la otra, y en el cálculo del cómo será la mañana del próximo uno; si hablará de la especialidad del pasado utruñus y su pura magia con la gambetta confiando al cien por mil que saldrá y se pondrá en seguida abierta al teléfono para esperar al macho con sus titubeos y promesas que todo lo entretenido será para siempre o habrá otro lugar mágico que entretener con las bombachas y excitaciones de la flaca y su glifo de holas y miradas y palabras profu...