
Cállalo frente a frente con velitas y muñecas en blanco en la planta baja del artista que huye de mí, de las ideas que no hablan ni salen las extras acompañadas de mamás con papalotes y popotes chistosos que se olvidan de todo. Luego vuelven a empezar y se animan abriendo la boca y babeando por la fondue de foie y de cuatro quesos, pero la fondista no comentó sobre Timisoreano con movimientos de hombros ni levantamientos de cejas, ni parpadeos, ni partidas de nacimiento agotadas por los delirios que se terminan por momentos, como las ideas esenciales del deber y del saber que brillan y centellean con entusiasmo inaugurando la cuna de las sociedades civiles partidas como viejos criaderos a través de la distancia de otro discurso.
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