Directo al montón de virulina de Reveleche que raspa esta crema de las aspas de la tremenda soledad instalada en la costra y la ilusión del espacio su paso que vuela a la cocina en carrera del collage de todo esto nuevo hasta un minuto nuevo que espera la espera que no aguanta y que baila tomada de la dosis de la noche que se despierta y queda flotando la espera en el dolor de los nueve puntos donde sacaron las piedras que venían desde Rondeau 1480 en esta cuestión de perderse y de no llamar de la comedia humana y toda su nada llena de alfileres; y no toquen nada en las babas estás que pican, aprovechén, do not enter, piensen en vocés adelante de las 9.30 de esta mañana derecha nomás a la oferta vertiginosa de algo que echaron en la sopa, no toquen nada, ni el aire toquen ni los cubiertos en el colapso de esta base adicta al tomate a la cebolla y al morrón y a los arreglos florales de la F mayúscula de todo esto, no toquen nada profundos buscadores, códigos de basura que vienen camuflados en la baba del ballet de la soledad y sus olas que notan el souflé de la morgue en el exterminio de tremanda porquería en la bolsa donde los años quedan afuera del ballet y la noche no puede dormir y te trae hasta acá a leer este lácteo acto con V corta de escaso tiempo y visibiladad que pasa adentro de la flor de la espuma de la boca del tiempo y es eso, se nota que no es importante como estás si vivis si sos feliz si existís se nota en las picaduras del tiempo, la trememda realidad de la bolsa afuera del ballet de los profundos buscadores que cuelgan las palabras.
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