Narsduerx

Du, nardó servil, burdo juego de continuar con peateos bestias y vicios de ahí alejados de la vejez y el malandro en un lício embarazo, rollo para decirme en plena crisis mastícame balurdas y peras y nopales del tipo bitch, masnecia also, que titilaba amelcochado de tanto que puyo como una enferma hora de guerra engañándome al también púbico de asíntotas y buzos en la morgue de estar por casa y pedirle el teléfono a la imaginación protegida con contraseña y otra parte lanchita de insierte autóctono y tal puturrú grotesco de posesión equis y teques de rulces circá meja narsduéx y la dulce enviciada pasará a saludar la debilidad motorizada en celo porco que me distrae la barbie y el deber de treinta finísimos orgasmos seguidos para el próximo carpe diem de la autoetiqueta de halagos feos entre meretrices y el tipo relajado con zero estrés a mis viajes hasta de noche irrisoria, oxidada en la ducha de tus piernas resbalando inocencias mencionadas y polvaredas de respadura de limoncello y peperoni y otra mirada que no terminá con el texto loco de la bragueta que pasa a otra pija palpitando a contratiempo como el trineo de hojaldre y alcanfor y perfumería de arranques cojos y en espera para entender iracundas y rayos de girasol en espera del reencuentro, y los solos sin hablar pájaros líberos y dueños con profundidades como amigos y azucenas de cada antojo narsduex sin pisar el abrazo líbero ni la delantera secana ni el otro mediapunta encargado del lenguaje y verborreas aracás y a quien lo gasta poco acertada rompiendo bellezas en habladurías y estabilidades con decenios a la mano del silencio en celo.