Eustrés

Cognicismos en línea, respingones muslos respondiendo al distrés pegado a los muestrarios por meses y caracolas y aroma al disfrute entre suspiros para pretender el recado que falta, amor virgen en un segundo conversando incivilizado durante años desiertos más suyos tratos mentales de gatito feliz, en celo severo cuando lo conocí unos meses antes del numerito de aguantarme lo que pienso y hablando que soy ginecóloga masturbadora arrodillada ante los sueños de tres noches curiosas de cátedras y choznos de eustrés y orgasmos mandando en la apatía hasta vuelven las dudas del éxito con la vida montada como nerviositos destinos de regreso a la torta de huevo con levadura y royalty de prepucios y lunes para enamorar la envidia de mis raíces que se olvidan de quién hay detrás del monstruo y sobre un taco de placer que se traga como una golosina de semen y partituras igual de perfectas, como las pampas interiores trajeadas que creen en todo menos mi córpeo de barro dejado, sin ser la novia del vendido que duerme vigilando lo que hay en el abridor del sexo sin distrés; pero hay distrés en la mochila que no deja avanzar ni romper las bombachas con la pija para penetrar el selecto que me odia con la mútua fuerza que no quiere seguirme y se planta en lo que hay creado u reiterado traslado hacia lo que queda en el distrés que no se ampara del pasaporte de la mentira gringuilla y la pregunta del cuándo tiramos el resto de inseguridad incapaz de empezar a cambiar la mierda complicada que ya planea el donde estoy ahora evaporada enemistándome con la entrevista del yo jamás para curiosos del punto muerto y la soledad que me cobija de forma extraña y me corrige la no elección erecta.