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Calcetín de hoy

Lavalil, entrando con el antiguo director ejecutivo, a punto de apostar con firma de distribuidor saliendo del relieve, de la luz, de la física del denticio robot fuera de clase, del cromosoma artificial, imaginado para el sueño al revés, para irrealidades de la jornada que rompen distinciones paralelistas del punto que cae el sol de colerdige que crece discreto sin el debate vivo y moribundo a la vez, casi agonizando con los cómos de pared, de estiércol, y los calendarios mayas en el otro fin, en las tejas de astucia, de ausencia de cuatro caricias que faltan para camelar el terreno, las cañas y sobras del recelo del fiero mecánico en construcción de la censurada cara de confesionario faltada por las chicas del dubstep, o las eróticas crónicas del mundo capaces de curiosear con la práctica de la praxis, del funcionamiento sin bloqueo de desórdenes debajo del colchón dulce de los castaños en la indústria de sección, del cotidiano correcto de sincronizar los interiores del zapato emprendedor, y violado con las ilusionistas para el público del espíritu del producto de empresas que explotan para un mundo líquido, de flujos secundarios y éticos corporales del chater para el papelito permanente que genera ensayistas y estrechos desbocando historias sin memoria ni pruebas de narrar pinceladas de ropa sucia y palos de tiresías o cuentos o calcos de cacahuetes y calzoncillos mezclados con tapones de ojos y tijeras de podar y volver al pluralismo de forma de ayer, para avanzarse al mañana, a los ciegos del silencio por horror y pánico a la mordida que desagna la pala anfibia descolgada del plebiscito arreada por las manchas de promedios y galones sin las partes aceptables del paso de por aquí, hacia la villalba de paro e ilogismos reducidos sólo a la posibilidad de cada creencia de tentes y bollycaos como infancias tragadas sólo por el buen recuerdo de los baños de dos comentarios que frenan las penetraciones elevadas en el prieto, del reto de la suma de alejandra y clase de jóvenes y guitarras y sexo afinado para terminar el reencuentro de incombustible abasto de más radar.

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