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Recumbentibus

Reconvertir el currículum del boho, o como cabujón de aldeas y misterios internos con lluvia del norte, o calor de empaque plebiscitario de irrepetibles de fondo, como colección macramé o modelos con tonos kilim para redirigir hacia el concepto de experimentar con los colores de calor, de usar los destornilladores para recordar los delirios, los halcones de mazapán, de dos carreteras de confetti para reenfocar los muros que ocupan ágrias polémicas del lujo que concurre en cuarenta ocios despatarrados y venerables que esperan la vuelta del ejercicio del ejército rebajado con preguntas para la nueva república de la infámia inerte como cojos de antemano, de demasiadas sombras de grifos de pereira como salidas al adelante sin más valor que las voces de la catedral del ruido roín, del teteo del tejado en los interiores del mundo mecanizado y arrebujado de fondos y labriegos venido en el silencio de hormigón de cajeo de acantilados para calabazas y pobreza a los dos lados del servir en macabreos y ocultas usurpaciones de blanqueo puesto en las sorpresas de los rastros de orden y trago, después la confusión de haber bebido la habladuría en estado de desesperanza que tiembla con la fábrica de igual que más, o el medio percateo de volver a atajar la recomposición de más oportunidades de fuera de la maestra choza arquitectónica, la fuerte fe de reflotar sin asistencia integral, cortada al filo de la transformación con otro telele del festín epidérmico que agota los minutos y cualquier sombrío de acallar con las malas trampas de ataques certeros y voraces como diferentes almas prolongadas en dormitorios de trescientos, en alguna medida álgida como piñeros, aquellos de plebeyos y princesas sin el sentido de bendecir las extremidades largas como deseos sexuales fuera del ardor que se trunca pidiendo otro sombrero abierto, otro desliz, otro chouchouter, otra purpurina en el pantalón de pinza. 

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