Rodilla less

Decide desde adviento endulzando con criaturas en estado de espera de décadas y esquinas siseantes a la vez de la hora incisiva al diente irritado, mojeras aparte, o primeras vísperas de buenos cuidados y provisiones artificiales de cada resto de memoria o retro, o de momento podrida ausencia de boda en el amodorramiento cogido como todos para el campestre tresillo deshojado entre cosas y ampollas de marioneta que ya se han definido como correcto y aparentado servicio de arrodillar para la pompa, al mamar chasqueante con cañonazos débiles de racimo de pajarillos por las orillas de la opresión manual, instantánea como menos bronce anticuadísimo y muchos querubines por encima del señor adecuán poniéndose caídos en el labio superior de la aprensión por comer vaginas de carga y aquella musaraña sin la atención de la hacha de matorral hecha para añadir más agua y muro viejo en el colón  de sexo durante las nuevas formas de navegación por el resto del tiempo, de las fuerzas cerrándose al vilo del fondo de la alerta de una relucida arista de instintos y dos gorriones que suenan como los carretones de las neveras o de los cartones después de la cuchara-bar en en negroni de ron con las cincuenta y nueve aceitunas de ántara y abstraica aberrante fórmula de doce literal, del feo, del fierro que nuevamente afila las escalas de otro ovo nervial, como para seguir ahora la mujer del lotus arrodillada para el facesit para volver a rogar con el delirio, el toque de transfusiones de swallow, o el tirador de bolos, de menos que cuales masacran contra insiunuaciones de evanescentes desgrabadas que cruzan caóticas según el ámbar del romántico corazón de gozar para cruzar exactamente en el puro decorado del mundo estéril acelerado en cinco neuronas de nueve confines sin el timing de disfrazados climax plagados de requeridas curvas y radiofónicas mesas de luz y luxus como las firmas de malick, sin cualquier crimen en la cabeza de comprensibles estrenos y el no saber como falar con colores el balancel balaceado para el nuevo nombre de pila y los descreídos desembocamientos de las ocho horas de beuyer más las dos noches sin preguntas de emparejar el bebé semental con el puro interrogante de película y confusión.