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Fiapacha

Fío la chueca; pestiños, tortas de aceite, amarguillos, amberolá, apoyado en el universo, en fiápas librarianas reforestaciones de estética, uno para desparasitar que inspiran la decisión de correr y volar con una locomoción igual de cansada que las crónicas rotas que no cambiarán de brevedad a favorito, a visión de lebrel, triste en el palacio del cíntio, el indio clavado a la mujer barbuda que vuelve para atacar la seguridad, las frutas clavadas a la fijación del encantador, o del hechizo asturiano que no se rompe, que siempre corta la nota de diez, de demasiado imprevisto para la realidad sin encanto hacia la muerte, hacia el camino de vuelta al reflejo en orquestra, sin el secreto que sigue dando vueltas con un blister en la otra estampa de té, tipo sed, leal, posando para la indecisión de la necesidad de ser amado sin la duda dialéctica ni la jalapa ni corazones sin fuerza para compensar las canciones de mil susurros para no odiar las lágrimas del fan, del duelo de intentar llamar la loca y compleja discusión para calmar las partes del celo de las buscadas curvas desmayadas en la lástima teñida de falso cariño y autónomo de lujo y malcriado techo para saber saborear las veces que no sospecharán las tallas de copa y adornos y meriendas materializadas de simple empirismo de cocina y problemas para no recrear el victimismo sin victoria para la consecución de los mejores cambios de ruego que palpitan con la clave de la parte del repaso adelantado a la norma de la elevada locura hacia el claro calcio, o claro ocaso de un querer rico en otra vuelta de la psicosis que ya dialoga con la inseguridad insolvente de veneración del títere de blas, las mozas del nivel 72 justos para no volver a las creencias de oreja de dólar y salsas semestrales y panoramas de negro, de otro luto rojo de silencios y el resto del pubis de cuerda cruda y realidades reservadas al tenis, al lumen de leche y sedes de unas cuantas verdades del pámuro de posesión sin la identidad de esferas de bandera dubitativa entre espasticidades y locuras de lo mismo, de la carne del play con firma.

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