Deambulando por la C de R, gordo y sucio, su peluquín lésbico volaba por las dunas de su transexualidad. Parecía uno de los productores de la dos sin maquillar, el del passport, el innombrable si quitamos las duchas y las aptitudes básicas: cultura, genio, figura, pero ninguno balbucea como es debido, y los dos tienen el alcoholismo en sus venas.
Serán hermanos? parientes dejados de la mano de dios? o de la mano de Lionel Messi? Eso no se sabe, ni se sabrá hasta que no pillemos al passport con una de sus fulanas que rondan por el telefèric esperando a que se dejen engañar por la falta de tiempo del magnífico desayuno que les espera, uno de los últimos pupurris matutinos antes de tragarse el passport y estar de nuevo con Mimí.
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