
Opresc opiatus vulugs, oprasec, fernández, díaz, júdez del río, flórez, fédez, tijeritas y conquistas transparentes, birthies color oro supuestamente zenksui, que si sí, que si no maskódik repetido, que si carantoñas pagadas de las que hablaba la abuela de anteayeres y constanzas y crespoños rococoes y nueves bajitos como pulguitas de peinar patatas, como pluggins descolgados, descontrolados, añadidos en la telefilme del pincho de foie recalentado tres o cuatrocientas veces, ni se sabe el marrón del movimiento por sus colegialas a Belmondo, sopa fría de ajos, pedroñeros, temperaturas de fermentación, ciberpiratería, calvario cercano en crear talento, efe cresop para reinventarse crespo y cuatro aspirantes de cara al futuro, de cara al estadio desnudo del luego, del ocasionalmente, del huele a nuevo, del des y lo que sigue pero no lo quiere decir, terminar con arrogancia, con ironía, con amadeo y autopsias, magarolas juntas, demandantes, portavoces; nada nuevo, título sexto de lengua y menores margolas y cementos inventados del todo a lo largo y centímetros de ancho, juego como mínimo, desencadenador, tívoli de siempre, raramente citas enterradas, almacenaje, además crespo y malas olores de la breve carta.
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