
Látex, pompóm, celtas rubios, belvedere, bolsas, perfumes de azúa, troscos blánquer, otras razones namá calladas, aunque hay veces consumado de narrador y consomé y balance crítico, depauperaciones, estampas de las depauperaciones, estuches casita, frufrú menudo rendez-vous bonder y tramas, lobos, ni siquiera libros feúchos, estranjeros, infelices después de cada copa y segunda dejadez al revés, desnuda en el paraíso del galope sioux, esparpéntico suspiro agónico hasta una colonia imaginaria, casi canina, pero de cascos, espuelas, riendas, morro alargado, alfalfa novelesca, literata, pensar dichoso, pistos del calibre 74, sólo lembranças que por el momento se quedan encementadas de acné, tjugokronor de veinte al tempo del consumidor en bistrot, oros, panoramas resecos, algún cumplidor rostro falso en armadas y besos en los ensayos, mucas, di de quién, tan sólo a este aire cargado, al mientras, al de acuerdo con estas normas, al tono como si el todo señorial, a lo largo del ego gausiano, al desenfoque de pandora, de pandereta también inferior, del prurito de ano mútuo en la piel, llegando a jadear como asnos artífices, acomplejados por las necesidades corporales, famúas, orotos, famas, estúpidas nalgas, nuevos jugos, passports rendings, pistos, egos, y digamos con más de mil piezas empapadas de sexo pura raza, puritano, llevado a la perfecta enferma, tímida, tonos chillones y largos tallos, segundos soles, hermosas urgencias místicas, furiosas rocas puntiagudas, nereidos y voces de látex rígido y bruma embadurnada, malicia, acaso, cos de choza y puerros y puristas nouveau nada francés, obsoleto espiral tetraedro, picada de viruetas.
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