Co típico loco prófugo, desastroso, envenenado de cochinillas y ardores de estómago, peteco, o ce tep, como un girar apenas el tapón, razkonenberg kronen pnina don dudú y la bienvenida si algo viera con los pulsos y supiera horas sustraídas de raíces cuadradas con tros hombros y soluciones, los tiempos, los adultos de mantecol, salus de espaldas, de espadas, de raíces, memeces, mamaderas, tonterías y opio degenerado, no pocos en nombres de vergüenza incrédula, peores opiniones, burbejitas, velitas o la reforma en vez de revolución y repetición del paripé y fingir mentiras y falsedades para el ligue y conversaciones y borrones del sexo y las posibilidades quedadas en vano y en vivo y en risotas y petecos o reformas de tamaño dichas en microondas del sillón de la ciencia firiendo siempre hombre y praxis y práxia de abrazo compliusiu, complaciente modelo y puerras sin decir nada de cercanías o cuadras nigerianas, a dos caballos o tres burros sin bandera loca, prófuga, desastrosa, envenenada de cochinillas y petecos cuadrados con tres ojos y objetos sexuales para partir mementos y deberes y crecanías y praxis quedadas en vano, cuadradas de letras y magisterio docente, pulsos pnina, complementario halcón, festín salido del horno, de honores y ronroneos de luces ejecutoras, manjares amarillos, comedores flecos, verdes a la taza, rojos al plato rep co mi, con comi y comillas y sexos cuadrados como burros pobres pidiendo el chachá anochecido en una lluvia de polillas, la pugna, instruidas angustias en hielo o en vapor.
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