
Diez minutos de dempora ya no son yanún, son un miércoles a contrahora bipolar, siempre me aborda una vez empiezan de alguna cloaca pampeana, de gourmet parcial, terca, en gerundio pasado, séame el cacareo, un abrazo, beso, mamadera, eco de peces, zimat si dass por no poner exactamente si más sostén y febrero moribundo y párrafo aparte, quizás la historia, lograr un primer plano de Ricardo Darín, tomar re, chá, o el mandarín anciano, ególatra, brillante instantáneo, timbre verde, un renacer de pus, bofetada maternal, y pego un beso fugaz y corto los ríos perfectos elcúbrar y de acá no salimos; no se trata de tratar tártares como piezas de plástico, palas duras, cargahuevos, repita conmigo donde empalma la verga, no pienso nada más, a la recherche para amar de felicidad y hablar con la sinusitis del tiempo y de los residuos que no salen por la loise y se enganchan estúpidos si soñamos con erotía para siempre y sexo, dicen, na, na, na, ná y palabras Laredocanaletuá que nunca serán las de hace diez; una cambiada sin erotía, corto y pego, yanún, diez munutos de minitis de demoruá sin apreciarse la canaleta; yá casi ni recuerdo el sueño erótico con láred lacarlalalacrá, sólo vagamente el facesit y su chándal addidas en el laboratorio del cuarto B mientras explicaba la morsa; pero ni rastro de la otra, pero ya aburre lo inversamente proporcional y su larga ausencia...a por la zo, en fin; y el qué corta y pega...qué, qué, qué....el viaje del amour, y una mierda disaffected once you upon más en vós de profundis ninne.
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