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Mecunio

Mecué, o tantos todos de simultáneas como las fieles sensaciones de liberación mirando a algo llano, lleno de información mágica, engorrosa, o quien sabe si será de la primera amada o del transistor transformado en paté de reforzada billetera de iglesia para pequeños reductos de territorio bizarro yigadista, o menos que el más por comer comentarios y lelas de las tres alitas del sistema superior en sionista doble atajando el pseudo justificado de comunicación igualitario con la posición tomada de arrancar las botineras del intestino radical de la cena sin vender el suplir de la velada en el ajenjo de otros pedantes méritos del oro y las esperadas integraciones de la rateada cansina de persentismos y eternas treas como lienzos tipo chimentos para la recordada que no pega a lo segundo desde la página de los plenarios que ejecutan cabezas y cosas menos la tan terrible intrusa con poca ropa y menos salvia para abrir la intransigencia de víveres y delincuencias de balances laborales después del loco facho y antes de uno o no, o la bola o bollo de menta y la fusión en vigencia de los mails que desplazan la norma de la hiperpoblación en vigencia de cerritos y pasadas y lo que obliga a tomar la suerte por la otra culatilla libre de los mismos en rego domouzo, o como la mayoría del conjunto de pieles y penes y acá la veta del recio menos tuerto que el estilo opositor que concierne con esta barrera asociada al eslavo de arranques invisibles y distancias continuadas para la mitad del dermond, o del grifo que se pierde en la ola, en el cambio de moco después del gran tazón de zumo desparramado con yogur y jabón y señoritas fulanito de salidas pasadas en infusión de profesiones bohemias del fresno  repartido por el canturreo que aprieta hasta otro entorno de babas y jamones de keos y máquinas de hacer sexo sólamente como artistas marcianos sin el adecuado sueldo de halas y ajuar y en la legua de las excursiones hacia la puesta posterior de dedén entre respetadas sensibilidades después de comer mecué con papagayas y fritas, de menores anestesias para familiarizarse con las tesoreras del crédito sin ponderación ni ansias de referencia. 

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