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Nictálope

Nictal, no, lujo de variadas médicis para el poto de gael, relevado por la encuesta china, por el encuentro con la espina de preferir la memoria de la letra sin apellidos de cinco cuartillas en pineda del dónde busca incredulidad sobrevolando en la flor de la vida como otro loto de sexo olido para mañana con pruebas de funciones y amor mirado con otra canción de reversos y estrías y casi búsminos de conciertos del tiempo, de la manera, del conmigo, del asterisco que domina el camicace de nueva troya, del póveda medio vacío incorporado al desdibujado recóndito pleno e imprescindible de porfías arrastrando brisas de guitarreos y pedos y motivos para minutos y preguntas ocasionales para el cronograma que saca el valiente galán del ádulo de centavos y nietos como recuerdos de los ochenta y pico menguados como perezas y trozos de fragmentos en virtud del bolero limpio de retortijones del trabajo que supura en la pequeña sala de descuellos y miradas de fantasía poética como bisoños de islas blancas y cauces excluyendo el rico bautizo de la taera entusiasmada con otros viceministros viejos, del menos nacioal tomando por radio el feudo, el púbilo porfolio de la popular intercambaidora de mapas y cauces bibliotecarios con miradas de presentaciones y rétalos en edades escuetas de intensidad y el deseo puro como vicisitud en el caso de la impuesta penitencia que lanza la palabra empeñada con la desnuda rigurosidad de un final inflingido por las puercas dosis de inocentes colores de lujo para excesivos ensayistas de fondo, de la historia que no conocen el sumo de incluir forrajes de consideraciones más que internas, más que ínfimas posesiones del ínfigo protector de las mensas y nómadas obligaciones de oligarquías emanadas de poderes y prácticas y menos comparaciones de tomacorrientes expresivas como algo de tráficos de alcohol en el televén de távares que no coinciden con la diversidad rota en voz de cuerdas y tráficos de orgasmos estáticos, sin el propósito que invita al entramado del gruesco cronograma de cromos y arte ambiguo y permisos escasos de compactos cursos de auspiciar el anual balear de las sombras del tráfico de cada invitado entre zapatos y mujeríos sin advertir la teatralización del simposio de cuello que emplaza el viento de especular con la retroversión del mal desespejado volonté.        

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