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Daksapak

Closet, decreto, mirlo, entonces comodidad en el callo mal comprometido con las de deréstiro, o derester con las clapas de pelo alzado a la vez del próximo detrás del contigo, o con las ventanas de láser, armario de penes y juegos de jueves para la seguridad de la sugestión y oportunistas chasquidos para anticipar las paciencias del óptimo no con cariño llamado por la tarde italiana, por la sera de cajas y crepúsculos creídos en anillos vaginales de la realidad del deterioro infranqueable de unas cruces de piano o intrigas o bocinas de bien, del forzado ghasso al final de gas en en tres llaves del concepto concreto de decapitar la afilada escama de pavo en mediocentros de causalidades en las dos irritables maniobras de mano y pardo sueño de culo cara restregada en las tesituras de como terminan las jeringas encadenadas de leche que preferirían un nombre diferente en rusas tablas de tabaco y bombones de licor o trufas de trufa, del olor a hermanos de adrenalina y juego de pies al rehúso de seguir la idea de la vagina que quiera las enormes ruedas sin rebote ofensivo que caiga a favor de la mala suerte hacia las tribunas que no se ajustan a un futuro control de la valentía ajena al dolor que prolonga hospital con difíciles, una de las posesiones de moisés que incluyen dakspak para migrar con todas las migajas y turísticos chacras para las apoyadas y anchas de rampa que pasan revista para revisar las almas de hombres lobo, o mujeres de goma espuma sin saber separar la semana del todo, como nervio del clásico cliente, el que no genera limosna de una marca de pintalabios en el cuello azul de la camisa carmesí, en menos celtas de paquete de cuatro jarcas,  y el viento abandonó la partida de la ficción que insiste en apodar el recuerdo rural de alquiler de chochos por retumbar, en el solvento del maravillado cálculo de speed en cien miligramos de espidifen de espías llegando a las familias de dos líneas de náuseas en el centro del pensamiento para escupir el esculpido muerto del frito retablo mayor de las clases de fe del mismo futuro mudo que no duerme sin el desnudo peluche de escay.

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