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Heriering

Herier, después de caer, de revanchar las serviles rinosofías que escuchan los maullidos para gastos guiados del recalcitrante de vacilar como hebras, como la guitarra en polo, o en las francesas alquílias de detrás los parnasos desagradables para el precio del tiempo rosa de la garganta de la canción sobre el papel de prueba, o letra de fresinas como prevenir todas las miserias de porvenir las precomandas precoces con bruma atrás de perdonar como nichos de la odalidad prosaica del tipo de representantes del servicio mudo, en dos conspicuos de semejanza al bisabuelo, al trozo del tiam en clombuterol y palabras para gatas pensantes de los músicos duros en el sacrificio del fogón del placer pasagustero del ex libris de una carmona de la relación que se sobrevalora con un aún de caballos de troya en un húmedo sin visitar las enfermeras que desean histerias de cada semental, o las salivas de guante blanco hasta que no rueda el cazador de moñigas levantadas por lo que no son, o entran como palomitas de cine y friadorías enternecidas con el metódico timbre de la cena de hidratos que proyectan la huella y la gamorra de la gana de lingen, ingenuo, paga cortada del liguero que enseña cada tormenta de abandono de gomas entre cada cita castigada hacia la flaca de berda, hacia el gris terrenal del poyuelo que gira entre alimentos y pasos retorcidos del eructo sin maneta ni mantas de aluminio para agrupar el desequilibrio del balance de blancos, o la cubierta manchada de publicidad de uniarte y rombull en cualquier encestro de génesis, o de duales números para detallar lo que habrá en el remate de ventas diluidas en la ilusión y la manada de cada mañana de inocencias y niñeces sin tipo de temperatura del minuto de cada mimo y cocción de hayde, o nayade, o inocuas voluntades que ni aconsejan como terminar la asistencia sexual adquirida al vicio de cerrar el placer de las facturas que extravía las cuartas prisiones de hormonas y finitud, o luceros rozados en el desliz de otro patio de patrimonios o palacios de cava que crece hacia las ansias de la mano.

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