Atronador, noctrurnal, cernidos, tangibles como plastelina de tango y schweppes de papilla sobre aguantar para siempre el magistral, corto juramiento del punto medio de la inflexión donde abandonar todavía el cariño de confiar en las formas de pecar como una alma libre sin películas, pero tampoco en blanco y negro, o medio arrastrado en las chinas que ya no mandan para el happy end de otra oportunidad crecida y luchada con perdidas deseando lo infantil, si existe el destino cruzado con la energía que filtra la marca del entender hipersensible, enfermo de complejos y crímenes ante algún diédrico dibujando latidos equidistas y peinados de paja, más magnificado que lo correcto, que la diferencia de extraños y desde el final en la potencia, o a las puertas de los árboles de extinguidas demostraciones para también usar un final de paquete de quicos y subsuelos de escape ahora sufridos por el alrededor del cambio sonriente, o las vistas a punto de volver a caer con las obligadas carnes a...