Lányolet

Hilarancias y angustias que desarman delante los vínculos que coordinan la única certeza de obsequiar antibióticos para volver a la infancia, o nada más que a la tortolero y a su respingón secreto de acampada infestada de información arbitraria, o un salvaje también real, o varios egos de autonomismo llenando cálidas pupilas de ayuntamientos y líneas de cielo o kaweco como marca principal de bikinis y distribución del concepto de ratafia con jugo de misela y nocinos afuera de la sonata en rúa amarilla con argot de gusto de reclamación y con papel de minorías como insulto impúdica sin la duda de atender ĺos diálogos del calor interno sin la futura sanación de las razones de beur, con un millón de copias y colores blandengues para intentar cerrar el divisivo que recuerda la desconfianza que algún día saldrá, mucho antes que se pudra la inluz de la magnitud del ejemplo que fuerza el paso portador, o las garantías del viento de cola que revierte el color de la resignación delante la banda de banderas y lógicas en modo vacaciones con un mínimo de accesos y coblas de accesorios y repulsos a favor de cárcamos que recogen cuentos sin bromera de discos para los lectores de la memoria de un matrimonio de oscuridad con un corte de vida y viajes recogidos por un periscopio sin propuesta de seguridad aterrando el deseo de insistir en el rato de patio puro, sin el babydoll de estilo del baño sin aquel estigma de coterapeuta contra una poderosa ayuda para aceptar la aliada besta de betas y alfas y contextos del motivo del espectro autista que dispone de pieza y notas y memorias de un aliento precario que crea otra película de colza y lástima de otro idílio que calzará expresamente la pequeña colección de carreras respetadas por reinterpretar la esencia a la sombra de leyendas negras y volcanes de tetragrammaton refugiado hacia la limpia caloría de parafina vasodilatadora.