Vidőséghy

Irreverentes influencias de respiro para volar y desahogar todas las teclas tocadas por el jardín de infancia, y el culo, y los orificios de primaria para otro chantal de chanel y las vanidades del lomán de piel de vampiro que aguarda la espera del bebé de plástico y plata de risa en garretadas que parecen gardenias y chiques con fuegos artificiales para terminar una fugaz por la labor de un tortero dulce que se viste de algo fuerte arramando en el cuero, en los saludos del show entre meter mano y el paseíllo del piso en los metidos en bulo y galletitas que no se entienden, ni intencionan entre compartimientos de destellos para las poses de impresión con registros que no salen del skay, del roce para intentar transformar el sexo como excusa para aspirar a ser un serio y pequeñajo espacio de espejos sin destino ocupacional en contra la inconsciencia de atacar otro testimonio de aquella subida de testosterona calculada para transméritos sin valor civil para la complejidad de una reacción de opción de jarabes y noticias de pujar por nubes e imaginar los cuentos inexplicados por todo el momento que no sale para observar la manera de recomponer la sensación de soledad din pensar en fornicar ni en practicar el cunilingus con desconexiones de poder, de fríos fierros de maquetaciones e inyecciones o cables de intestino intentando escapar de las garras guarras y los irros que señalarán que algo va mal y ya no hay aventuras para reír y tirarse por puntiagudas montañas de sal y dulces y reproches de retirada y menos contaminación en las mujeres bellas, menos maquillaje y ojos de cóndor para atacar a sangre de café cuando pierde el perro y los chocolates delgados para acercar el estilete de los afluentes de la medicación subjetiva que no acaba de colar entre masturbaciones y bombones de pompas mientras esperan la compatibilidad con la vagina paciente que no quiera hablar de olvidar los caramelos en boca del tatuador de fulanas.