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Qualtivi


Surgen nuevos peros, tiempos y otoños para el regalo de sensaciones confiando con las confesiones de profesión a la tirada de aquella ficción que pare los extensos, multiplicados por el baile de ramificaciones del diagrama esotérico de chistes y recorridos de laberinto desqueriendo el abismo irreal del toque de ciencia ficción de base de tarta cumpleañera tocando la explicación del situado engranaje con un ritmo apretado por una bestia de paso por la caracterización de menos espacios de repetido rácord y granos de qualtiví, parecido a la calidad de un sueño constante de caras de múguba de nombres globales y lo antagonista para emocionar con las pequeñas y posibles físicas cuánticas de la isla de vertebrado amor, tejiendo lo que siempre está apelado de pretender más conexiones hacia eus, hacia el rayo de la última yegua y tonos de entelequia e inmundicia para contradecir la resolución del pésimo, agarrado al altercado de diez tipos de jurisprudencia y juramentos para la negación que parte los bucaneros, sin el teflón de echarlos al hecho de conmensurar únicos diálogos para la procreación de aquellas almendras y los albedríos que llevan consigo, con los locos objetos como gangas y penes de percebe, colgados como emús medio moribundos picando la carroña de las pantaletas eróticas, y el vaso de semen, y las meriendas que caen por el propio recogido en cuestión, en un cómo de box, en estudio del niño, de embajaditas por fuera, y por crear la propaganda de insultada hinchada para preparar el poder adquisitivo en la inmaculada pureza del ocio olido en un hocico de bancos ayudados por desactivar la homeopatía en dosis que pretenden volver a comer del horario paradoxo que lee el odio mamado del sistema de otro masaje que faltaba las cargas de diferencias hacia cuatro aficiones de las almas de notas de humor.

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