Apenas lópez, dios del córpore de ruí, o de la musa por la presidencia del big data, como ruá, o el pre ruido de madres perpetradas al victimismo que desafía los conceptos entre islas y buen tiempo, y olor a batamanta, a pobre destinación para aullar entre plantas y semen y tilos, o tales atónitos de copia pomposa y agrietamiento de la excusa y el flirteo entre la realidad y la mentira que no sabe disimular ni el asado ni cada gramo de prozac, de invitación a saltar por los aires sin la mona de riesgo ni la memoria de lo que fué, de lo de apenas que ya no abrazará aquellas rehusadas relaciones de madre e hijo con una preocupación común por celebrar juntos los veranos, o las capas de un entendimiento de colchón y búhos y sheets A51, como para realzar las galletas del tentado desdeñé como compendi extraño y situación mártir para no acoplar al miedo del microfilm, o de las ciegas advertencias de la oscuridad, o el pupilo de adviento que teme romper la cigüeta de los recuerdos sin el timbre de voz y feas excedencias de las contras, siempre posponiendo la tierra del mártir lloriqueo y el papel de legumbre frágil, ya sin alma de madre, manipulada desde hace treinta y tres décadas, faltadas por la prevención de riesgos y las amanitas como ensaladas para más prozac y galgos y recuerdos que no se recuperan en jaurías de maldad intentando siempre el infierno y las pollas para abroncar el gaucho y permanecer con la lenta actitud de interrogar el poderío de luz y las feas aristas que impiden los templos de apenas la iniciación del balbuceo con los componentes del exagerado contraluz hacia un couland de plástico mitre y sus contextualizaciones para tarar y parir cuerpos sin las partes del último gol, y ni el fuego de jugador, de gaucho incontestable con el grato recuerdo del recibidor y la ventada de la medalla, y la luz ya de casi verano, y combinación de chichis y testosterona con el olor de aquellos maestros botánicos y místicos fijos de aventureta sonada a carga completa, o a paleta de habitación juzgada a la fuga de atención domesticada como en el baño de jardinería coral, o de prozisz, o de atención aacabar con la grieta del hormigón en blanco.
Apenas lópez, dios del córpore de ruí, o de la musa por la presidencia del big data, como ruá, o el pre ruido de madres perpetradas al victimismo que desafía los conceptos entre islas y buen tiempo, y olor a batamanta, a pobre destinación para aullar entre plantas y semen y tilos, o tales atónitos de copia pomposa y agrietamiento de la excusa y el flirteo entre la realidad y la mentira que no sabe disimular ni el asado ni cada gramo de prozac, de invitación a saltar por los aires sin la mona de riesgo ni la memoria de lo que fué, de lo de apenas que ya no abrazará aquellas rehusadas relaciones de madre e hijo con una preocupación común por celebrar juntos los veranos, o las capas de un entendimiento de colchón y búhos y sheets A51, como para realzar las galletas del tentado desdeñé como compendi extraño y situación mártir para no acoplar al miedo del microfilm, o de las ciegas advertencias de la oscuridad, o el pupilo de adviento que teme romper la cigüeta de los recuerdos sin el timbre de voz y feas excedencias de las contras, siempre posponiendo la tierra del mártir lloriqueo y el papel de legumbre frágil, ya sin alma de madre, manipulada desde hace treinta y tres décadas, faltadas por la prevención de riesgos y las amanitas como ensaladas para más prozac y galgos y recuerdos que no se recuperan en jaurías de maldad intentando siempre el infierno y las pollas para abroncar el gaucho y permanecer con la lenta actitud de interrogar el poderío de luz y las feas aristas que impiden los templos de apenas la iniciación del balbuceo con los componentes del exagerado contraluz hacia un couland de plástico mitre y sus contextualizaciones para tarar y parir cuerpos sin las partes del último gol, y ni el fuego de jugador, de gaucho incontestable con el grato recuerdo del recibidor y la ventada de la medalla, y la luz ya de casi verano, y combinación de chichis y testosterona con el olor de aquellos maestros botánicos y místicos fijos de aventureta sonada a carga completa, o a paleta de habitación juzgada a la fuga de atención domesticada como en el baño de jardinería coral, o de prozisz, o de atención aacabar con la grieta del hormigón en blanco.
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