Vitup, en este patio párido, concurrescente, inventado en las entrañas del círculo de la concupiscencia con varios retornos y vianditas de chocotorta en el filo de las imaginativas chivas que estallan con la saturación del polen y vargas negligencias con vitello tonato de aperitif, de periódico del cuarenta y dos, o del trampolín de ñiñí y cuatro niños saltando alrededor del surco, sorbiendo el flujo de sorní, la capa de virundelas y polenta púbica, y fijación con el peroné de patios y patitos feos, escalonados por el tóxico caligari y erectuar al beso, al limbo del timpador de romero y nigorishíes y alastrues para vigorizar el ying en las modelos del startup y sus huéspedes de yeso parecidos a boticarios escapando del fanzine de sexo y perversiones y luces de chapil para entretener al patio de butacas y más sensaciones de samsón para rezar y trenzar ópticas del fránstico que solo paga lo fantástico y las cuartas voces de séneca en la ranura y de más vituperios en tuppers y bojanes en mandatarios y archiduques del precié a la villazala entregada a la insquita como solublidad del nuevo amigo imaginaro, y las brillantes tardes de recuerdos y arroz en los labios de abajo entreabiertos con cara de palo y tiempo pasota de bombacha zen en los otros ojos de bovino isette.
Vitup, en este patio párido, concurrescente, inventado en las entrañas del círculo de la concupiscencia con varios retornos y vianditas de chocotorta en el filo de las imaginativas chivas que estallan con la saturación del polen y vargas negligencias con vitello tonato de aperitif, de periódico del cuarenta y dos, o del trampolín de ñiñí y cuatro niños saltando alrededor del surco, sorbiendo el flujo de sorní, la capa de virundelas y polenta púbica, y fijación con el peroné de patios y patitos feos, escalonados por el tóxico caligari y erectuar al beso, al limbo del timpador de romero y nigorishíes y alastrues para vigorizar el ying en las modelos del startup y sus huéspedes de yeso parecidos a boticarios escapando del fanzine de sexo y perversiones y luces de chapil para entretener al patio de butacas y más sensaciones de samsón para rezar y trenzar ópticas del fránstico que solo paga lo fantástico y las cuartas voces de séneca en la ranura y de más vituperios en tuppers y bojanes en mandatarios y archiduques del precié a la villazala entregada a la insquita como solublidad del nuevo amigo imaginaro, y las brillantes tardes de recuerdos y arroz en los labios de abajo entreabiertos con cara de palo y tiempo pasota de bombacha zen en los otros ojos de bovino isette.
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