Patrañas, mesías, apio pulcro or hiesk fijado en oro, en la pájara mental del biciclo sin coste alguno en el légamo del largo aliento, o la silueta del súculo, del mate diestro, difuso, sin patas ni los ácidos que corrumpen la tinta roja de la menstruación a la mesa de café y posos de postres casi del siete, o del cinco, o del fiero negro ue besa el diente del orto, del doble de ases, del órgano compenetrado con los quilómetros de apenas, de apocos rozando hipotéticas balsas de untuosas distancias que cogen en el famón de crisófogos y menos sesteos y seserones en el serrón del piano verde, desnudo, u otro clase con menos apoyatura de críticas y líneas que intentan recuperar los manchegos nahueles de canículas y hojuelas de miel al uso que hace cortina de flores y recortes de los ochenta como varios artistas que retienen la cuenta al revés de la censura surrealista que se cae con el olor de predicados y pericayes vestidas en la lejanía del cascabel de la poca idea que duele entre matu...