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Garándala

Eigubar, de bolsón cerrado por esporas y espátulas con mezcal y cocleares para ver cada rincón de las dos caras de granádala, un salvaje deseo entre arder con faunos y tabiques sin estrellas ni colas que subestiman el recargar las miradas entre espejos y habaneras para recordar la caricia de la brisa del desembrujo plácido que rearma las retóricas, en mártires espejismos sin par, ni aquellas elevadas glándulas de frutilla y tres garlandas y algo de galones sin el señal oscuro de los galgos y las hipotecas sin plazos para promocionar la exportación de aceites y cajas que no vienen de la recogida de los conjuntos de chocolate blanco, de almirante perlilla para adelantar el mugaday sin el perdón de hacer programas y resistencias para aguantar la otra vez moviendo las oblicuas que no suceden con el fin de los sauces cercanos y que no haya túnel de luzen el todavía natural, o la ruta, o las envidias de agujerear los años con la mirada, con las opciones neutras de no recordar el no saber andar sin temblor ni dolor prodigio queriendo orgasmar en el primer papel de las maneras mañosas y aquellas que tiemblan hechando cabos a la sopa, o a los dedales de preservativos y lavajes entre chorro y chorro de granagá, y aquellas gandías de tubos y pics de tipo catéter de cátedra para adjudicar y que entre el líquido en las aguas vendadas por el renombre descolocando los infortunios que limitan la conducta de las agresiones que callan, o miran los síntomas de la ira, o del parto que no estimula la supervivencia de la vulnerabilidad sin norma ni algo del trasero de laia martínez, o los recuerdos de la época de los dieciocho tranquilos tiempos de erotismos y titubeos para tener ganas de regalar aquella vuelta, a la vulgar vagina de la profesora de inglés y molinos de lanas y plumas, y ventiladores para las arcas de granada y aquellas sérires de bocas y baclabús, con la erre puesta expresamente en medio de cada serif, de cada volante del erótico vestido como harmónica para querer alargar eternamente las medallas de lo que fué la pista del parecido teatro inverso.   

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