Vulgatis, hombres hastiados, dispensarios mozos de cuerda histéricos con el tema del amor y cada lema por ende tratando de dar dos abortos para quedarse con la vieja oficina de astillería y bucanería sir Wally por las axilas más o menos apuntaladas por la edad de cada amígdala, de cada opioto vulgaris en ensueño de cuatro o cinco más un estigma y un tumor envenenado enjendrados en el delirio, en el chocolate blanco, perdido en ediciones anteriores y en únicos temponteros en punta como en el interior de las cáscaras pardas, pistolas, odios diurnos, siluetas cínicas a diversas camas y medias de época, hasta trenecitos, remolques Velmon por la tierra y menstruaciones de hojas de leche y curly empapelado con miel y cartón de cuero y franela bastante más pesada que todo lo anterior puesto en cualquier vía concurrida con tonos grisáceos, impostores de dos mundos fucilados, de cualquier venus o vulcano de evoluciones y opiotos de los últimos cinco años de la existencia que amaba por debs sin participaciones ambiguas de trozos y mapas oronini vulgatis de nueva inglaterra y vicios prohibidos por el mal candente y sus comarcas al fondo cultural corregidor donde denomina toda su belleza sublime por el nordeste de la criatura a las lomas de los arrozales alternados con pueriles y toses candidatas al nuevo bloque move en instalaciones de la defensa y errores en marcajes y marcas deportivas en engranajes y físios para descontrolados rusos, de menas a cuatro manos de menos caráctrer y se sigue el delirio, y follow el rincón se queda a ti y la busca satinada con hoteles, ciudades, circuitos y sedes en Panamá.
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