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Ojiplático

Menos silencios alrededor de la mente, menos manos, menos sexo, menos kírians y kiritas y gafas de pasta y conchas de nútell y el bis a la doctora de la sarga de ideas y zancadas del pienso para faunas y cafés de la tienda del final de la tarde cobijada por el berisco al viento nervioso, superficial tal vez necesario para la barrera de las respuestas ahogadas en el pernod de noventa y cuatro desniveles evasivos para esperar y morder con el motivo el cuento superior reservado en sueltas bermudas y mallas con sus chinelas sobre el inmóvil consuelo de la conversación frente al milagro, mero a la pulpería roja del barrio del porno profundo de entretiempos y pajas con dos sumergidas desde el plazo del pasapáginas que late con la lombriz del calor penetrando por las ganas agachadas de la pomposa rótula de los clítoris de tortel de raviol pintado con el velo de huevo del asiento para la alta manga, carburada para el batablá y la o, del copo de quedarse con la imaginación del rizo de pájaro y el ojo de papaya, y el canto del fino fascinar al atardecer, al lienzo liado con parra y víveres de la vulnerabilidad salpicada por los cómplices del registro, algo interno, proceso, prozac de ortos y gafas y amantes del cambio, de actualizar para tratar el invierno elaborado con drogas y estallidos de creídos para el interno medio chato y rehacer los imposibles brindis en el cielo del propio piropo curvado del anormal que bebe de la actualizada modalidad incómoda, u fortuna cholula, que espera elegir el y del dispuesto encantador de ritales limitados como caja de frivolidades mórbidas y algibes del canto y la mímica palpando cada counter del ni sé que anula rincones de la planície para rozar el beso del adiós avisando la juerga inmóvil y la etrusca reconociendo el menos del menú de sentir la atracción con un punto de temor y deseo sin sentido cálido, lejano, oxidado, como regalo de la carícia de olivos y mensajes de rarezas para el contenido de la escena onírica, podrida por escrito, presente. 

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