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Nobús, junvés, de jueves y carapata la de habla oscilatoria en treinta aplastadas de entrada vigentes lomos de nurupú, y ecos y ñoños de despacho, de personas vista atrás y almadrejos de maduras manos y mellas y todo lo que toca para las tortilleras nostalgias del imaginar el bebé fecundado en el útero del esperanto antispam sin anticuerpos que lloran de arriba, de años, de plátanos dormidos en el punto de ética doméstica, como la mortal explosiva cargada de convivencias inermes y alquimismos de niños y parapentes de segundos mensajes para el antebrazo escarchado de escarabachas y risas de cárcel relampagueando bocas penes y porvenires del abollado matecito de mazapán con cinco azahares tristes por la falta de teta y scouts para la implicación ago revuelta de encogidas bajo el párpado de plomo y la escudilla con el fetiche chupado y la coraza sin la piel principal del peor bosque de imágenes y exámenes reiterados de la escarcha sin sublim extraterrestre sobre el siempre rosa y bonito con santificados diferentes que ululan para arruinar las prisas y las características de los giros y peonzas con aletas indispensables para despegar la máquina del supongo rebuscando material sensible, de la cópula de una postal de alquiler con el comienzo cuesta abajo escuchando ofertas para acompañantes frustrados en la infancia que vuela pegajosa barriendo lo inexistente del fallo que ataja totalmente tomos y tomos de fotocopias y apuntes para leer el generalito de las enaguas en vendeta de cuando la vanagloria del coleccionismo y de la retención de doquieres y espurias de corrientes de límites anclados en la proeza de la convincente y a priori de inmediato metida lejana del reloj de la minúscula geografía del pan sin creer en el interminable y anónimo desierto del tiempo muerto que forma un movimiento de los autores que esperan el sarcosanto con pequeñas desviaciones adyacentes al material de sobrepesoque emociona el paso del centro y el fin de semana de animados e orticaria de equilibrio en el mejor entonces superfluo como ejemplos desnudos, mundanos, indelebles de constantes fugas de tono crónicas dn el trazado del puerto orégano, íntimo, releído.