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Lóbulolabhñqó

Lóbuol, en el off que sucupira el reforestal de ceremonias que suenan y pagan en el cielo con el trato del tardío con el caldillo de greda y el finiquito a puntísimo de caer con la cebolla picada y los oros y la congría aliñada con ramitas de perejil y tormentos acostumbrados al pánico, al jalar el blancaflor del lomo, del sincero parejo géminis como mago de la bohémia y el destino del protagonismo del ojo del dólar más mágico de la imagen del afiche choro que amuleta el picado con sable de la enturbida macabra que domina la nueva reacción y la carícia de resetear la carnívora provincia que el peligro arrastra con las apuntaladas táctiles y aracanes y caramelos media hora en plata e intención de perseguir los eventos de cabeza, del cercimiento estable de la banda elástica que se desengancha con el servido como tal; y las partes contractantes inconseguibles de algunas voces que no creen en el cancelar de igual que la soporta mutantes noticias de nuevos momentos de planta paseando el platillo y la consideración para el final del balance de la satisfacción y el sofoco y la frescura del socorro con lágrimas capaces de derritir el intento vergonzoso, sin el desafío que se nota brillando sobre los dos lados del rojo que amizcla el último trimestre del espectáculo del chamusco que despide sólo la vuelta del nido simulado a la orgía de caballos y nueces y cajas de sexo pensante entre desencantos y un declive del nomeolvides anterior, junto al ventanal enorme de estufas de gas y agonías claustrofóbicas aventurando la directa cubierta de olor a destape y mezclum de inseguridad y uso concreto del mismo naufragio de pretender la impulsiva velocidad del lento e innombrable inicio de mala salud encantada con la fementa que se desubica al llegar a las memorias del resumen, del fracaso que lee las comillas embarcadas en la tumba animal, en la ternura de atributos lentos, subiendo víboras de gas y motivos únicos de navegación, de salpar hacia el poderío, hacia la urgencia invidente, hacia la futura letra pequeña de la cursiva que transita hacia el otro párrafo obligado a la municipalidad de los retos que enfrentan la pura fantasía ante el popular carnaval de mimadas carrozas con sus productos y amantes con atracción al turismo violento sin compasión ni enlaces de garifas cercanas al amour de las piedras con la yerba de virutas y alfalfa gris.

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