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Mutatismutandis

Muté, sinó el muro mutando la sien de sal y fiestas aún más perfectas que otro curioso pergamino de construcción melosa y aterciopelada de siete tecnologías aplicadas a resultar secciones de un solo persistido o para el mal amanecido igual que la ensalada de heterogéneos urbicidas de menos especulación boyante e pílmica utopía residencial acaparada por las parcelas lujosas del cartel constructor, del dórico facilitando otra reseña de continuidades y gastos hacia el sitio construido sobre otra contrapropuesta moderna que ampara el tan propio y visto homenaje a la mirada del paisaje de azules y grises plasmados con el bermellón amigo de otros tonos y caricias y pitetes efímeros de bebé que vuelan con alejandra hacia la biblioteca de acuarelas y esperas por la tramitación del destacado contrato robot que lleva los enlazantes y sonsaca los cuervos de la proporción de cada mínima ruta con todo el pardo y la pulpa de rebanar el supremo del medio litro de la postura de presencias y sobornos casi asomados al gallo, despistando aclarar con lata flotando por la noche incorporada al chapoteado reconocido por el remordimiento del trámite oral, con tardes y manchurrones de sangre medio coagulada como yogurth de frutas y porotos y el defensivo andado por la banda de ruiseñores y guarateques trasladados al hoy intruso, en diferencia con la angosta proyección de velocidad contra el catalizador de las aulas automáticas sin jeques incombustibles ni paredes, ni testículos que explotan ingrávidos por todo tipo de arrastre y cecina de mujer para vengar los roces con el juego judío y enfermizo alrededor de la hipnótica sentencia del clima de caras y alas y carambolas en ututú de desemparados descubiertos en el teatro de cada colmo, de cada rabieta, de cada erotismo sangriento, como si nada, sin la dosis de noticias y extramadas tiendas de serrín y bonsais y esperpentos que continúan en la lista de la nueva y anacrónica cuenta hacia el diez setenia y dos o para terminar la confidente que necesita una estrella para fantasear con la falsa idea del breve amor en distancias resueltas con matemáticas y aritmética en el cuadro emocional que sale en vez de llenar la soledad del inválido en la proveta futura, en la fuga del occidental en medio del balbuceo importante que aparece de puzzle u otros tantos que invocan otra mamada de culpas y sumas de heladeros con relaciones de fingir el escondite interno del vaivén, por vil y cruel, del otro lado del diferente cobarde partiendo de la fuerza obsoleta.

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