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Clúster

Dism iv, en el que hace cuatro de estrábicos adivinos para el ciesmerrrr que triplica o más la multidomal psiquiatría que concluye con otra hora exacta; el hecho de sentir los minutos como otro reloj de cinco premios, de cinco minutos sin retirar los sabiondos femeninos próximos a la condición de amor con radiografía para el tronco, o el tono simpatizante de culos y gol de rabal en otro gran feudo de combate de cualquier cedida legislatura hacia el ukelele mental que vacuna el lúpulo de otoño, el de la enfermedad esotérica que no quiere salir ni quemar la colección de punto y aparte, y no poner puntos nuevos a la propuesta del panorama de retrogaming que reproduce los sistemas de grafismo de una caja multiorgásmica modina de amigas e inyecciones de testosterona inglesa y estrategias de ninguna hora en concreto o incorporar muchas de las cicatrices de masuca con lasaña de exceso de sofismos bombeando hacia la atención que cuece en pocas frivolidades y las que llegan de candidatas para recoger el huevo, el príncipe de david arbot o flujo de barco después del radar y el feo territorio de una vez más la circulación de nadie harto de británicos mártires aún con heridas en el ego del rencor, débil ariete sin renuncias de garantir electores de los casos para sacar errores e irrumpir recuerdos de preciosas pruebas recién diplomadas en más cátedras que los de piezas invertidas de família feliz para prescindir del turbo de piezas de docencia que finiquitan los diez puntos de la hipótesis que se une a los años perdidos sin nómina segura que revisa errores de medianoche sin sacar menores que ganan y lloran por abandonar los arietes del voto de los correpinos  y lluvias y cada vez la media que falta para que se termine la bestia y salga a hablar la reimposicón llena de bórrores de miedo y embarazos pensados como segundas vueltas, como mamaderas y cunas y chupetes estratégicos para gemelos como cuatro pasatiempos del detrás en derecho de asilo y superación del pronóstico como trozo que deja ver el don de drenes y sentidos del propósito de dominar otra empresa solista, que no está enferma del egoísmo como escalera de montar, como muñeca rota, como bazo, como ocaso de temporaria.

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