Phopicus

Oler la carcajada, el discurso que vende la caída de la caña, del suero en embestidas para canalizar en la fábrica de experiencias y recuperar el gran trono del caníbal de testosterona y tréboles trémulos, ardores, y exquisito insoportable que frena el maldito pensamiento de la ánsia o la retarda con analíticas y otra mesera metre a la imaginación del peinado spaghetti entrando por la puerta con doble bifurcación en el golpe fuerte de ojos peñascos esperando el leviatán lleno de colmillos muertos y ventrescas de trompas tomadas del terror absoluto como doladera garompa enorme envuelta de hojas de guayabá que sigue imaginando algo que no llega, para dejar entrever la soltería, la mierda sin gafas de cerca que hablan para decir que sólo es un stock de madera de una fúnula negra y sarango feo como comedor de cuernos abrazados al repetido teto como si fuera una bata de unas cuantas extremas horas con labios parpadeantes entre perfume de niño y grabaciones de graviolaen los datos del cuarenta y seis, de los causales colores tomando detener el malecón de puerta roja y lacio agradecer también disfrutando del bombacho pardo y otra luna parecida al próximo facesit que por unas dudas no renuncia a dejarlo en la estacada con otra manija en la escoba de la siguiente mano que no puede frenar la coma del pipí, o el acento, o el trenecito, o el tercer sirope de miel de mujer, o la peluca rubia, o cada piel encarada al seguramente que no atrapará otro click inmortal como algo que diluye la voz y el cuerpo de cristo, y la sangre de la menstruación en el bebedero de cada útero de demonios y girasoles sin la vitalidad de la ordoñez ordeñando algo del futuro para oler, para percibir otra comercial del proceso de luto que sigue desde los quince temamos desde que pescan silentes algas y flujos para lamer y estirar con cuatro punzantes híbridos de vello, dentro de la criada que sigue machacando con un no de rotundidad, de sueño entero y aburrimiento que graba caminando hacia la dúlua dupla, hacia la fiesta de pesca para hacerle otra vez el pedido del parque.