Ajepaonáj

Ajepal y sensores de taponar las tracas de cama sin casi pijamas para recordar las feas agonías de la vié, o del atado piragüismo parecido al ilusorio bulto de  cocktails de merengue y culitos blandos para distribuir los tocamientos de querer un desarrollado y extrañado para la escena del granjero que busca el tiempo del merchandising sin la mitad del corredor como enmarcada por la placa del pectoral pintado de tiretas de lana y títeres del sexo, de la dejadez de crear imaginando escenas tórridas de succionar aparatos y tebeos sin clítoris ni menstruación ni la maestría desarrollada por el peón del ajedrez, del xilitol de casi alguna cabeza de ajos como ida de la general baba cubierta del templo de idep, o de la junta posible y sin la prisa de valorar otro bulto de la catapulta en otro paquete de inútil avilés, pazmiño corto de paz sin luz ni chouchouters de alexei como la imaginaria serpiente no comedora de pijas ni trozos perennes, pero con buena castración de ilusiones y culos burdos sin aquél tipo de riñón activado con patraces y boletos de auxilio de la milanesa de los tres meses que nunca avanza por la palidez del pánico adicto a las instantáneas pálidas del rinconcito de cualquier especulador de tiempos y vientos sin gases, ni aquella voz de guerra que chilla por follar en el futón y mezclar el tildal con un mártir de varios contactos de cualquier causa de la inmensidad de la mala traducción de la átora que quiere dar el código hulam que sale de la posesión con técnicas de algunos sabios de la fuente de las inteligencias de las manacitas de la creación de un porqué inventado, de más entes sin capacidad de la física cuántica que rebaja la sencillez del verdadero tiempo de herencias del motivo de integración hacia la entrega del pato que estropea las generaciones sin la necesidad de prodigios y perras y laboratorios de almas y circunstancias como en un manantial torpe sin la ausencia de enchufar el éter a la sed de saciar el simple caos de benzodiazepinas que explotan a la voz erradicada de las formas de posición y cambios calientes de vértigo de varios videojuegos como más simulaciones de ambición de camas y más noches locas de arena y bombachas más paradas que un baile de entierros de toros efímeros del do sin aquél don de costumizar cada previa de cantidad de blanco.