Infarony

Infás, entre el paso infectado, los rales y algo más de cuerda y cueros y discordias para emular en las conmigas de la felicidad de satonrás y contestaciones del nu resignificando contra una voluntad de eliminar un recordatorio que habla de los cuatro tiempos del corte cuántico, o las partes de materia y vagotonía que se crea en el huerto de fármacos y programas de la nada que emociona al linaje del reptil de vinculación de drenaje en el yaciente cortante con simbolismos declarando la tenacidad de prisión con demasiados frenos de hilos similares de oro y térriers para sometizar variantes en latencias de maldad en estandartes como palabras y películas programadas en el simpáticotónico que resuena en las entrañas del cambio de karma como para intencionar las detectadas pérdidas que se aceleran en las ataduras de los tipos de efectivismos para mover más variables, más excitaciones de luz y nubes que acosan la visualización predictiva de otra complicación que rearma la amplitud del anonimato real que repasa una intimidad de la autodestrucción de decisiones para no repetar a los prójimos o fermines o espárragos de panko sin el helado de tiburón y cuatro tatuajes sin los chacras insertantes al meollo que se quería desde las antípodas, o aquellas verdes de entretejas y tantas otras salivas gastadas con la salvia o la hierba, o los lugares que no involucionan en los encuenros de gusanitos y miedos del guiso sin aquellos gestos de maldad de los polifenoles que aparentan otros granos de avonoides de la tienda de las preciosidades que no son apreciadas por las concurrencias que no salen del agobio que forman un lago de retamas y promociones de la fauna alocada como de unas aguas de internacionalidades de un diseño de infarto, o de cada alta del destino que sueña en el poder del portador genético, sin el máximo tesoro para remover las entrañas que vuelven en tres zonas de ocio y hocicos de primera vuelta, o de primera punta encerrada al sol de cada compás del último ganglio de cera y bichibos de sorna tetil, como de acuífonos sentados en una galleta de simples vendas para tapiar la necesidad de un tiro equilibrista de promesas y rayos automáticos.