Debería llegar, llevando xanas a cuestas y apellidos de miles de dólares, por un puñado de combinados y entretenimientos de niños y sensaciones de obviedades desatendiendo el soplo de los frigoríficos de carne sin autopsias de nervios y mañanas legales con antepasados para conceder recuerdos del único perfume que todavía no existe en espiral, todavía no besa el picor del goce, ocupando silenciadores y pastillas de freno y especulaciones de todo tipo, cosas de dentro, bastantes bolsas de helicópteros y soldaditos del dinero sin plástico recordando el peor escenario en el ahora, en cada encontrada trastienda mirando las heridas maquilladas con hierba de unos cuantos modelos de Dior escondidos en el pedido que se liquida picando la elección del contacto de las pasas y los piñones del modo bisoñé, del redondo del delito, con joyas en la cama de bandera y el significado din blanca ni manos de alicientes sobornando aquello que no gusta para que desaparezcan sus recuerdos y traumas y paridas de la adolescencia marcada por un látigo çé, y golpe de pedos y ausencias durante las excusas del todos para uno en el diván normal, en el afortunado acuerdo retórico de llevar la casa, sin hipotecas de patrimonio que duerme y se mide con asesinatos por el tabaco complicando las consultas y vidas espitadas contra el trono entre el viento del vómito, el estrés y el usar y tirar con premisas de vitaminas y exceso de publicidad.
Debería llegar, llevando xanas a cuestas y apellidos de miles de dólares, por un puñado de combinados y entretenimientos de niños y sensaciones de obviedades desatendiendo el soplo de los frigoríficos de carne sin autopsias de nervios y mañanas legales con antepasados para conceder recuerdos del único perfume que todavía no existe en espiral, todavía no besa el picor del goce, ocupando silenciadores y pastillas de freno y especulaciones de todo tipo, cosas de dentro, bastantes bolsas de helicópteros y soldaditos del dinero sin plástico recordando el peor escenario en el ahora, en cada encontrada trastienda mirando las heridas maquilladas con hierba de unos cuantos modelos de Dior escondidos en el pedido que se liquida picando la elección del contacto de las pasas y los piñones del modo bisoñé, del redondo del delito, con joyas en la cama de bandera y el significado din blanca ni manos de alicientes sobornando aquello que no gusta para que desaparezcan sus recuerdos y traumas y paridas de la adolescencia marcada por un látigo çé, y golpe de pedos y ausencias durante las excusas del todos para uno en el diván normal, en el afortunado acuerdo retórico de llevar la casa, sin hipotecas de patrimonio que duerme y se mide con asesinatos por el tabaco complicando las consultas y vidas espitadas contra el trono entre el viento del vómito, el estrés y el usar y tirar con premisas de vitaminas y exceso de publicidad.
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