Sí, unos grandes y sabrosos palatares, exquisitos manjares para preguntarle en primer lugar dónde, y si le falta algun capuccino o solo aquel clásico gigante con patas verdes y cola, coleta Pitol, encariñada con los pensamientos del menú del dia y sausages podridas combinadas con el dos por uno en el reciente biancotti, augmentado de antemano, con forma de ratura de otra de las guerras raras en las que se necesita los inestimables parmiggianos y aquella isla en mi lectura de noticias, realidades escritas de cada fragmento del texto, una conferencia, cada fragmento de antemano sin alba ni crepúsculo, la trama ideal, el propio ahora, todas las preguntas sin respuesta en que sólo la respuesta se encuantra escondida entre títulos y bibliotecas de antroposofía mística, separadas por derrotas y tiempos cero en bienes materiales y crespones negros en son de mar.
Sí, unos grandes y sabrosos palatares, exquisitos manjares para preguntarle en primer lugar dónde, y si le falta algun capuccino o solo aquel clásico gigante con patas verdes y cola, coleta Pitol, encariñada con los pensamientos del menú del dia y sausages podridas combinadas con el dos por uno en el reciente biancotti, augmentado de antemano, con forma de ratura de otra de las guerras raras en las que se necesita los inestimables parmiggianos y aquella isla en mi lectura de noticias, realidades escritas de cada fragmento del texto, una conferencia, cada fragmento de antemano sin alba ni crepúsculo, la trama ideal, el propio ahora, todas las preguntas sin respuesta en que sólo la respuesta se encuantra escondida entre títulos y bibliotecas de antroposofía mística, separadas por derrotas y tiempos cero en bienes materiales y crespones negros en son de mar.
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