
El paquete completo con la única molestia de fondo tal como montones nerviosillos a cada tanto, en un inmenso lugar para adultos, ipanemas, títulos exactos sobre vinos entre otras cosas, entre civilizaciones y barbies coherentes, rasgos nobles, trilogías sacadas con el pus de la sociedad y lo que confunde y se mira al espejo por las dos caras del mal, sólo el mal, sin que el bien pueda actuar con normalidad y no quemarse en las fiebres de cada delirio tras el giro en la última rotonda verde, parda , una buena restauración Colmar, modernista, torpe, también de un hielo fundible con el metano, sin estar tan lejos del petit comité y de los trucos adolescentes y ya, olvidado por un tipo de ascensión escrita que ante todo transpira.
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