Bois bois de l'Epau foret de Vendome l'Odiere más previsible recién alla bolognesa repasando carreras y excusas para el parecer que no quiso compartir andamios, ni citas listas para introducirse a cualquier puesto de la croise rouche junto a lechos redactados más propios que prioritarios con tan sólo el fin de quedar bene y luego despistar duras atenciones compartidas a la viceversa de la falsedad de algunas citas y dichos para tranquilizar y pasar el rato jugando a viejos cuños absurdos, llenos de deliciosos dulces y sueños eróticos con sexo y palabras que no avanzan y andamios de fierro para salir del paso, para inventar nuevos enemigos ingeniosos que caen a primeras aún soñando funcionar su imaginario y poder delirar lo suyo dejando fluir cada líquido corporal, raro, con la imaginación de sentirla a las espaldas que abrazan ansiedades para golpearlas luego y faltarles el respeto con el mecu-mecu de las tetas, pareciendo a Mutenroshi, o una guarra que solamente quiere quitar buzones de andamios de fierro para vacancias apócrifas, y provechos de sepelios inundados de rencores torturados por la auto-ayuda que anteriormente no sabía cómo, ni cuando aparecería otra vez la normalidad estival, y otros intentos de acercamiento se consumaron un año después sin ser necesarios, ni preguntar por el invierno falso, alocado, con preguntas que persisten en aquellas memorias con agonías un poco matizadas por los pechitos carnosos que no querían dog chow.
Bois bois de l'Epau foret de Vendome l'Odiere más previsible recién alla bolognesa repasando carreras y excusas para el parecer que no quiso compartir andamios, ni citas listas para introducirse a cualquier puesto de la croise rouche junto a lechos redactados más propios que prioritarios con tan sólo el fin de quedar bene y luego despistar duras atenciones compartidas a la viceversa de la falsedad de algunas citas y dichos para tranquilizar y pasar el rato jugando a viejos cuños absurdos, llenos de deliciosos dulces y sueños eróticos con sexo y palabras que no avanzan y andamios de fierro para salir del paso, para inventar nuevos enemigos ingeniosos que caen a primeras aún soñando funcionar su imaginario y poder delirar lo suyo dejando fluir cada líquido corporal, raro, con la imaginación de sentirla a las espaldas que abrazan ansiedades para golpearlas luego y faltarles el respeto con el mecu-mecu de las tetas, pareciendo a Mutenroshi, o una guarra que solamente quiere quitar buzones de andamios de fierro para vacancias apócrifas, y provechos de sepelios inundados de rencores torturados por la auto-ayuda que anteriormente no sabía cómo, ni cuando aparecería otra vez la normalidad estival, y otros intentos de acercamiento se consumaron un año después sin ser necesarios, ni preguntar por el invierno falso, alocado, con preguntas que persisten en aquellas memorias con agonías un poco matizadas por los pechitos carnosos que no querían dog chow.
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