La sopa lista de puerros y agujones en espera de nalgas y pucheros hechos de aspecto cortejo, carmesí, y nudillos golpeando y galopando al son del cuidado de vivencias sabrosas, a todo el cuidado que se ponga en guardar intacto algunas pistas para encarnar pulsaciones y transtornos alcanzables; una furia, no, un ratón onírico en casa nuevamente agrupado con el dodo ante la ley y la defensa proletaria, más dilación, más bebida, en serio, falta bebida y droga y bastante confusión con el llegar y el bastar de todos los bastardos pucheros que mascullan para sus adentros y se adelantan a disposición de los invitados a biruku color pipí, y ella defendiendo su posición social, sus sueños más orgásmicos y húmedos a la vez vertiginosos en lo más profundo por derivar al ideal fémino, perfectamente covencional que se repite por poco y pregunta varias veces por ese fin que no admite prólogos ni sonrisas intentando trasladar para mejorar la comprensión del delirio a la baja, por todas partes desvanecido para otro viejo sin embargo.
La sopa lista de puerros y agujones en espera de nalgas y pucheros hechos de aspecto cortejo, carmesí, y nudillos golpeando y galopando al son del cuidado de vivencias sabrosas, a todo el cuidado que se ponga en guardar intacto algunas pistas para encarnar pulsaciones y transtornos alcanzables; una furia, no, un ratón onírico en casa nuevamente agrupado con el dodo ante la ley y la defensa proletaria, más dilación, más bebida, en serio, falta bebida y droga y bastante confusión con el llegar y el bastar de todos los bastardos pucheros que mascullan para sus adentros y se adelantan a disposición de los invitados a biruku color pipí, y ella defendiendo su posición social, sus sueños más orgásmicos y húmedos a la vez vertiginosos en lo más profundo por derivar al ideal fémino, perfectamente covencional que se repite por poco y pregunta varias veces por ese fin que no admite prólogos ni sonrisas intentando trasladar para mejorar la comprensión del delirio a la baja, por todas partes desvanecido para otro viejo sin embargo.
Comentarios