¿No es usted el patrón? Ella tira, ríe, la nuvecita de felicidad, su espléndida espalda erótica, no hay más, sólo cuerpo; ocho archivadores metálicos, en dos cosas del comité de los hombres, de todo, del género como el chocho loco anterior que parece bell en la arena boca abajo mirando matrices y meretrices bajo el guindaje al margen de recoger premio premium cuña, otro de los signos despues de la cara B y señales lorak, alberti, bermeg, dedelf, cuchillo y tenedor, pan de leche, alquimista, dry martini, gimlet entrepreneur como imperios dedicados al coleccionismo y dos tipos de flor confusas de delirios de material frágil del mercado que ahora no trae ideas conscientes para plasmarlas en el plato de cada hocico sin sexo que recuerda a la disculpa y la salva del castigo lejos de todo, desde el primer momento de ignorancias sensuales, frágiles, indiscretasgamusillas así lo dicen de todo aquello, así lo recuerdan en flashes disparados en disparates; nada que ver con tiendas africanas, grupos, vagones de chicas en fila encima de el resto de alumnos diseñadores de caminos y estampitas blancas sentadas en los pies, pensando en la primera tarde.
¿No es usted el patrón? Ella tira, ríe, la nuvecita de felicidad, su espléndida espalda erótica, no hay más, sólo cuerpo; ocho archivadores metálicos, en dos cosas del comité de los hombres, de todo, del género como el chocho loco anterior que parece bell en la arena boca abajo mirando matrices y meretrices bajo el guindaje al margen de recoger premio premium cuña, otro de los signos despues de la cara B y señales lorak, alberti, bermeg, dedelf, cuchillo y tenedor, pan de leche, alquimista, dry martini, gimlet entrepreneur como imperios dedicados al coleccionismo y dos tipos de flor confusas de delirios de material frágil del mercado que ahora no trae ideas conscientes para plasmarlas en el plato de cada hocico sin sexo que recuerda a la disculpa y la salva del castigo lejos de todo, desde el primer momento de ignorancias sensuales, frágiles, indiscretasgamusillas así lo dicen de todo aquello, así lo recuerdan en flashes disparados en disparates; nada que ver con tiendas africanas, grupos, vagones de chicas en fila encima de el resto de alumnos diseñadores de caminos y estampitas blancas sentadas en los pies, pensando en la primera tarde.
Comentarios