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Vilardebó


Vilar para empezar de noche, luego dine, con una voz espantosa de mares, púdicas con pedigree juntas en el paraíso de las barbas de los monjes; perdón, los monos y un divago de una vez; todo papel doblado, no se si hay dos puntos o coma o puntos suspensivos, o simplemente pausa, silencio, toques de tretos y gemidos de la madre, orgasmos de las amigas, pasta-base por el pomo de sonidos duros despeinando al máximo y mutar, hermano, para completar el destino sin hechos y erras el golpe que todo pertenece digno, permanece, corta escrito, pega, copia, más pasta-base, dinamos y otras tantas de lo mejor de posición y contratación de blancas y rusas zemecki magnífico a la zaga, driblando y relatando el sin sentido de cuentos, las tres hermanas deformes, regazos junto al anteriormente y el ni siquiera del junio del 86 en el salón mea culpa profundamente de escrofulosis y más cosas tristes, reducidas del busto americano, del medio plano, y del discóbulo al resplandor de la pura verdad, de cinco minutos heredados del segundo anterior, de la cantártida atlante, de cualquier retraso vilardebó, último ese día, el de hoy que molesta el sentido de la madrugada, nostromo, sir Arthur, que nuevamente se repite por enésima vez entre curtidores de hongos que preguntan karakeosián y se van en busca de tililis y minas fogosas al traslade del marido a primera categoría general, tribuna presidencial primera gradería bajo cubierto boca 108 mazapán 142.

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