Yo, ellas y el otro mutismo nuevamente de hecho físico y poca madurez enloquecida por sabio preparador de ensaladas con Salus y mantecolus a pesar de la categoría, pudor, cautela, hora de vida y bofetadas, pero no me voy, no leo la Codorniz, ni la saeta de junio, ni difusos vapores azzurri e grandis glandes, por ejemplo, sujetos además, a veces escriben noticieros y besos compinchados con otros, secos, muertos, blancos, como un cadáver recién pinchutis main; mejor encabezar aficionado, trece años cansado del boxeo inusitado, y codos, y bífidus en la avenida Roma, voilá, mentos de la OAS, todo lo más dos bocanadas de dos en dos por mi mente de productos químicos y ramas consideradas carnes y suertes ignoradas, ironías, noticieros, precursoras distancias en palabras de quienes recuerdan en ellas muchas de aquellas y las otras toses y seudónimos Suárez Linasss al borde de todavía tan cerca de los setenta donde transcurre acá y más allá de la tacita rumbo a preguntar solo para voilá ahora, el asunto próspero sanfilippo que se enzarza de chatarra y cabriolas fieles a la letra pequeña del próximo diecinueve de Enero, del contrato de los mileuristas que de momento esperarán la actuación de la gonorrea torpe, lejos de la red, a la derecha del hocico, del topo, de cualquier esperanza con olor a paranoia hecha por fin en el telón del teatro gástrico que sube por el esófago sin llegar a digerir el vómito rojo, la menstruación que dura dos horas y se satina bombacha nuevamente, y objeta al unísono, encabritada la cama turca o el somier colgando la bombacha manchada de semen. Cuelgo.
Yo, ellas y el otro mutismo nuevamente de hecho físico y poca madurez enloquecida por sabio preparador de ensaladas con Salus y mantecolus a pesar de la categoría, pudor, cautela, hora de vida y bofetadas, pero no me voy, no leo la Codorniz, ni la saeta de junio, ni difusos vapores azzurri e grandis glandes, por ejemplo, sujetos además, a veces escriben noticieros y besos compinchados con otros, secos, muertos, blancos, como un cadáver recién pinchutis main; mejor encabezar aficionado, trece años cansado del boxeo inusitado, y codos, y bífidus en la avenida Roma, voilá, mentos de la OAS, todo lo más dos bocanadas de dos en dos por mi mente de productos químicos y ramas consideradas carnes y suertes ignoradas, ironías, noticieros, precursoras distancias en palabras de quienes recuerdan en ellas muchas de aquellas y las otras toses y seudónimos Suárez Linasss al borde de todavía tan cerca de los setenta donde transcurre acá y más allá de la tacita rumbo a preguntar solo para voilá ahora, el asunto próspero sanfilippo que se enzarza de chatarra y cabriolas fieles a la letra pequeña del próximo diecinueve de Enero, del contrato de los mileuristas que de momento esperarán la actuación de la gonorrea torpe, lejos de la red, a la derecha del hocico, del topo, de cualquier esperanza con olor a paranoia hecha por fin en el telón del teatro gástrico que sube por el esófago sin llegar a digerir el vómito rojo, la menstruación que dura dos horas y se satina bombacha nuevamente, y objeta al unísono, encabritada la cama turca o el somier colgando la bombacha manchada de semen. Cuelgo.
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