Teselas

Miunn, las telesas de fotocuentos detrás, mausoleo de caricaturas y actores a la carta del cansancio de otro autor sin las ideas para otra cursa de filantropía y abnegación del ejemplo del tozudo azul que vuelve a ahogar la horca de la pasta del turrón de complejos matemáticos y minutos de perro que no avanzan a la última velocidad del pensamiento caliente de gastar la herencia dispuesta en hambre de fulanas con pocas pausas y zumos de audiencias y coristas agujereadas por cada dónovan africano, cada choque de más ortorexia para no mostrar la rueda de colores que incumple el olor a terracota, a todo tipo de mármol sin manipular las delanteras de elaboración o corrupción de un topo de vidrio para nacar los lacos, las tramoias para cambiar con los pinchos del dandy en común con las tocayas de la física reina de la psique que controla el muérdago de tivas, o de la consolación de la existencia de becarias y recetas para la frutilla como en racimos de avena en infección de los recuerdos que se la jugaron para volver a hundirse en los altares de equipo rápido y cagón con las feas circunstancias que se centran en la llegada de la década para intentar no recaer en el fatídico recuerdo para inspirar la infección del distraído babero de pirata, o bárbaro manchado de la ceniza del tiempo que caduca con el áspero asperger guiado con la asistencia de los nabis caminando por cada retrospectiva de cuatro momentos del turno para postureos de banderas de unanimidad del diversificado escenario de vocación del busto empedernido con los señales del destino que llaman casi al fin del órgano central encendido desde el vino de verdot envuelto en periódico integrando cada café de alba en grano y birlocho con torta del casar para otro finito almuerzo de recuerdos y composiciones y alambres peatonales y trejos o citas de vida en el mercadillo de ortos que no fructúan ni fluyen con las conchas compartidas con las gracias de la nostalgia iluminada con frutas de primavera, especialmente a caseros sociales y voluntarios de amargar los dos mil nombres del túnel junot hacia el más allá, o cándido de maidan a los olmos dulces para retirar librerías y teselas y cabezas de león en el cambio de permuta, o de piel de serpiente, de cebra, de periódico del entrecomillado fantástico día de ayer.