Menitnya

Sacando el poseer, como espolvorear la sesión de seo y sexo, y vagabunda disponibilidad de psicologías y horas de otro presupuesto de la nómina que no corre por hornear la fraguada revelación del espacio, hasta el trato con la puntiaguda menitnya de revivir con las creencias de los perfiles de un camote de cameltoe para marcar el flujo de la sartén y los fielmentes cortadores de scones y formas de carro y pasos de fulanita para esconder en la sotana de tortas de topinambu y ambiguas rebanadas de pataca hasta en un alrededor de arrowroot o robot de picatostes de hormigón para comer, o para llevar a rebadar con las dos posesiones de ingenuos macadamistas del encerado, encuadrando la posición del momento de beterava o de una manita de nuez por menos de unas tres cucharadas de propranolol de panaderos y parcelas de vino y foam, y fuel con el punto con risa para acorralar la proyección del plagio del ligazón en el paseillo de oscar de capurtala y juicios de las escamas de cualquier bache de inspiración vetado por la cuenta de dios sin aquella soledad de la cima de los típicos halos de ella que no desaparecerán ni con otra masturbación con lubricante y puro, posterior al peta y anterior a otras drogas de diseño con falta de respiración por la ansiedad que conlleva dejar de lado la cargada soltería, los quilos de muerte y pantonímias y naipes en la máxima saga grande y la rapidez del momento, de las encadenadas fiacas en los fiables líderes de la vida empujados por musas y picaportes de berberechos en la corpre casi de cofler, o en los estudios del blanco para la imaginación de tener las náuseas y pieles en dos diccionarios de alemán con uñas y ojas de veintitrés colores de diferente rosa apartado de las mentes retorcidas que me follan como un invento inútil de descentrada asociativa de niños y poetas y éxitos adueñados del fracasado barro de guano y gallinácea y pancetas de catalanismos enmedio del loado sin actitud de corregir las pataletas anteriores de aquellas vísceras de vaca o aquellas mantas de hinvernadero, o de estómagos que cumplen la función de manta para salir del paso, del líquido del tejo que sale al boludeo sin ninguna textura reconocible con algo de baicheco para adornar.